Como ya adelantábamos ayer, Borja Miranda ha dimitido de su cargo como capitán de la UD Pagafantas. Poco más de un año ha aguantado al frente del vestuario del conjunto pagafantero. Un brazalete que parece estar maldito, ya que su anterior portador, Alberto Auría, tuvo que dejar el deporte rey debido a unas molestias en su rodilla derecha que le impedían practicar fútbol. La situación en la que se queda ahora la Unión es complicada: el contrato con el sponsor está en el aire, deben pagar 920€, pedir el certificado necesario para mantener el Fantalimón Arena, inscribirse, mediante el pago correspondiente a la HKA, al torneo y solucionar la crisis interna que se vive en el vestuario. Como el hasta ahora capitán ha confirmado, no ha tenido más remedio que dejar su brazalete al ver el poco interés del resto de sus compañeros: "No hay un grupo compacto dentro del vestuario, cada uno mira por sus propios intereses y nadie colabora nada con el club. Se han acostumbrado a que se les dé todo a la boca, y ahora les va a tocar arrimar el hombro para poder continuar con el proyecto". De esta forma, Miranda ha destapado a el topo del vestuario le existencia de ovejas negras dentro del club, una serie de jugadores que se preocupan únicamente de cobrar sus salarios sin sentir los colores. "Estoy muy preocupado porque si las cosas siguen así, este año el equipo no se va a inscribir al torneo", así de tajante se ha mostrado el cancerbero de la Unión.
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